Las dos nuevas “enfermedades” que están vigentes estos últimos tiempos y cada vez con más frecuencia son las denominadas ergodependencia y el tecnoestrés. No son patologías que se puedan estudiar en ninguna escuela de medicina, que tengan alguna clase de síntomas o múltiples tratamientos para su eliminación. Simplemente se trata de dos trastornos que se han ido acrecentando en cada vez más individuo.
En la revista Jano se han publicado diversos artículos que hablan sobre estas dos dolencias, en donde se explica detalladamente de qué se trata cada una.
En primer lugar, la ergodependencia hace referencia a aquellas personas adictas al trabajo, que por más que lo intenten no pueden dejar de lado sus labores durante mucho tiempo porque tienen un sentimiento de vacío. Debido a eso, dichos individuos no pueden disfrutar de realizar otra actividad que no sea trabajar, es decir, que no se dan el descanso necesario para viajar, leer, escuchar música, pasear, ver películas o cualquier otra actividad de ocio. La intensa necesidad de estas personas de trabajar todo el tiempo y no poder para de hacerlo durante tiempos prolongados hace que sufran de una grave depresión.
El tecnoestrés, por otro lado, es el estrés que se genera por trabajar en contacto permanente con tecnología, como Internet por ejemplo. Se podría decir que el tecnoestrés es una consecuencia de padecer ergodependencia, y se manifiesta en las personas tanto con dolores físicos como psíquicos.
La única recomendación que se puede brindar en este momento para personas que sufren alguno de estos trastornos es relajarse y buscar actividades que sean del agrado personal y que permitan distraerse del trabajo, como podrían ser los ejercicios físicos.
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